domingo, noviembre 21, 2010

Presentan una ballena de presa con los dientes más grandes jamás hallados

Paleontólogos de los Museos de Historia Natural de Roterdam, París, Pisa, Lima y Bruselas y de la Universidad de Utrech han participado en el descubrimiento y la descripción del Leviatán Melvillei, una ballena de presa del Mioceno con dientes gigantescos. La descripción científica oficial de esta nueva especie (extinta) con los dientes más grandes jamás hallados se publica hoy en la revista Nature.

SINC. Latinoamérica. 30.06.2010 19:01

Ilustración del cachalote Leviathan melvillei atacando a una ballena de tamaño medio. Imagen: C.Letenneur.
El monstruo marino probablemente se alimentaba devorando ballenas barbadas. El fósil, que se encontró en Perú, tiene una edad aproximada de 12 o 13 millones de años. El Museo de Historia Natural de Roterdam exhibirá reconstrucciones del Leviatán este año. Actualmente se pueden ver moldes de tres de los dientes más grandes.
En 2008 Klass Post, conservador honorario de fósiles de mamíferos del Museo de Historia Natural de Roterdam, encontró por casualidad los restos del leviatán durante una breve expedición al desierto de Pisco-Ica, en el sur de Perú. Unos fragmentos de gran tamaño del cráneo y de la mandíbula inferior, así como varios dientes, que en principio se parecían a los colmillos de un elefante, llamaron la atención del equipo de la expedición.
Los dientes resultaron ser enormes dientes de cachalote. El cráneo y las mandíbulas estaban razonablemente bien conservados. Los científicos del Museo de Historia Natural de Lima protegieron los restos, que posteriormente prepararon en el laboratorio. Este fósil único permanecerá en Perú, en la colección del Museo de Historia Natural de Lima.
El nombre de Leviatán Melvillei, se eligió por el nombre hebreo original (Livyatan) de un mítico monstruo marino y en honor a Herman Melville, el autor de la novela Moby-Dick. El fósil, del que sólo quedan el cráneo de 3 m, las mandíbulas y varios dientes, perteneció a un cachalote de presa de entre 13 y 18 m de largo. Los dientes eran gigantescos, las mediciones concluyen que podían alcanzar un diámetro de 12 cm y una longitud de más de 36 cm.
A cada lado del cráneo se encontraron nueve de dientes, y once en cada una de las mandíbulas inferiores. Con esta detención, se cree que Leviatán era un gran depredador y se alimentaba de ballenas barbadas muy abundantes. El alto valor calórico de la grasa subcutánea de estas ballenas barbadas podría haber satisfecho las necesidades nutricionales del Leviatán. Los cachalotes (Physeter macrocephalus) que pueblan nuestros océanos en la actualidad se alimentan de forma y animales totalmente diferentes.
Los cachalotes modernos se alimentan de calamares mediante succión a grandes profundidades y por ello tienen una dentición bastante diferente: dientes más pequeños en la mandíbula inferior y la mandíbula superior prácticamente desdentada. Aunque los depredadores como el Leviatán por lo visto no sobrevivieron al enfriamiento climático del Mioceno Tardío, el linaje de los cachalotes ha sobrevivido hasta nuestra era con una dieta diferente.
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Referencia bibliográfica:
Olivier Lambert, Giovanni Bianucci, Klaas Post, Christian de Muizon, Rodolfo Salas-Gismondi, Mario Urbinma, Jelle Reumer, “The giant bite of a new raptional sperm whale from the Miocene enoch of Peru”, Nature, vol 466, 1 de Julio de 2010, doi:10.1038/nature09067
Fuente: SINC

Descubren el virus marino más grande y complejo del mundo. Fuente: SINC

Investigadores canadienses e ingleses han descubierto el virus marino más grande del mundo. Según el estudio que se publica en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), Cafeteria roenbergensis es un virus poco usual, complejo y de aspecto parecido al de los mimivirus (virus de gran tamaño con ADN de doble cadena), capaz de infectar a un depredador planctónico de gran importancia ecológica y muy extendido.

SINC. Norteamérica. 25.10.2010 21:00

Células no infectadas de Cafeteria roenbergensis. Foto: Matthias G. Fischer.
Descubierto en las costas del Estado de Texas (EE UU) a principios de los ‘90, el equipo liderado por la Universidad de Columbia Británica (UBC) en Canadá, determinó que el genoma del patógeno Cafeteria roenbergensis contiene cerca de 730.000 pares de bases, lo que lo convierte en el virus marino más grande del mundo y el segundo más grande tras el virus Acanthamoeba polyphaga mimivirus, que se transmite por agua dulce.
“En EE UU dicen que todo es más grande en Texas. ¡Incluso los virus! Este virus representa uno de los más complejos jamás descubierto, con una serie de genes que en la mayoría de los casos sólo se esperarían en organismos celulares”, explica a SINC Curtis Suttle, coautor del estudio e investigador en el Departamento de Ciencias Terrestres y Oceánicas, Botánica y Microbiología e Inmunología de la UBC.
El trabajo, que se publica en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), demuestra que el virus Cafeteria roenbergensis tiene un genoma mayor que el encontrado en algunos organismos celulares y presume de una complejidad genética que dificulta la diferenciación entre entidades “vivas” y “no vivas”.
“La mayor parte de la maquinaria genética encontrada en este virus sólo se podría esperar encontrar en organismos vivos y celulares, entre los que se incluyen muchos de los genes necesarios para producir ADN, ARN, proteínas y azúcares”, señala Suttle.
Los virus no se pueden duplicar fuera de las células huésped y dependen de las proteínas suministradas por la célula, un límite que normalmente se utiliza para distinguir entre los organismos “vivos” de los “no vivos”. Los virus gigantes desafían esta definición, porque siguen necesitando una célula para duplicarse pero codifican en su propio genoma la mayoría de las proteínas necesarias para dicha duplicación.
‘Asesino’ de zooplancton
El virus Cafeteria roenbergensis infecta a la mayor parte del zooplancton marino, que ocupa una posición clave en la cadena trófica marina. “Cafeteria roenbergensis es uno de los mayores consumidores de zooplancton en los océanos de todo el mundo. El virus CroV mata al zooplancton. Es por tanto un actor importante en los ecosistemas marinos”, apunta el experto microbiólogo.
Según Suttle, el virus supone “una importante vía de transferencia de carbono y de reciclaje de nutrientes en los sistemas marinos y de aguas dulces”. “No sabemos casi nada del papel que los virus desempeñan en este sistema”, afirma el científico canadiense.
“Tenemos pocas dudas de que este virus sea un representante más de un grupo más grande de virus gigantes muy desconocidos pero importantes para la ecología”, concluyen los expertos.