Este año 2007 ha sido declarado como Año Internacional de los Humedales y la Pesca por parte de la Convención sobre Humedales, llamado también Convención RAMSAR, que toma el nombre de la ciudad India donde se firmó tan importante iniciativa mundial por los años 70 del siglo pasado.
Son humedales las extensiones de marismas, pantanos y turberas, o superficies cubiertas de aguas, sean éstas de régimen natural o superficial, permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salobres o saladas, incluidas las extensiones de agua marina cuya profundidad en marea baja no exceda los 6 metros.
Nuestro país posee una variada cantidad de cuerpos de agua que presentan estas características distribuidas en todos sus pisos ecológicos. Se les conocen como lagunas, lagos, cochas, ríos, albuferas, chorrillos, ojos de agua, manglares, bahías, etc.
Mi viviencia como poblador costeño, cercano a las actividades pesqueras e involucrado en proyectos de conservación de humedales costeros me permite reconocer que la mayoría de estos humedales enfrentan procesos de degradación y pérdida de su calidad natural y de los múltiples servicios que ofrece a la población local. Las razones de este deterioro son múltiples, entre los que podemos mencionar:
- Sobreexplotación de sus recursos. Sobrepesca
- Carencia de planes de manejo y gestión
- Contaminación
- Escasez de recursos económicos de los gobiernos.
Para revertir esta situación lo primero que debe hacerse es la investigación básica y aplicada con fines de gestión y producción. Muchos de estos humedales pueden recuperar sus niveles de producción de alimentos (peces, mariscos) y adecuadamente gestionados servir como impulso del desarrollo de la actividad turística.
Como siempre, lo que se necesita es voluntad política, recursos económicos, gestión transparente, asociatividad entre los organismos públicos y privados. Por ejemplo la Región Lima cuenta con nuevos gobernantes, que proponen un cambio en la gestión ambiental, para enfrentar los desafíos de la creciente crisis ambiental por la aplicación ciega de un modelo económico excluyente y depredador de los recursos naturales.
