martes, noviembre 11, 2008

El desafío climático, entre toma de conciencia, negación y recuperación

Los ecosistemas tienen las formas que conocemos porque, hace veinte mil años, la naturaleza pasó de ser un paisaje dominado por los hielos, en gran parte de Europa y América del Norte, al paisaje actual, donde los hielos están concentrados en los polos y en las alturas. Esta transición, que duró cinco mil años, coincidió con un recalentamiento global de alrededor de 5º C, lo que permite estimar que el ritmo natural de cambio de la temperatura a largo plazo es, a escala planetaria, de un grado por milenio.

El problema es que de aquí a 2050 hay que pensar en una duplicación de la cantidad de CO2 (principal gas con efecto invernadero). Esto podría acarrear un aumento promedio de temperatura al menos diez veces más rápido que el ritmo promedio global de cambio desde el último periodo glacial. Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), si el consumo de combustibles fósiles prosigue al ritmo actual, las emisiones de CO2 vinculadas únicamente a la energía llegarían en 2030 a 40 gigatoneladas, es decir 55% más que en 2004 (1). Con eso tenemos lo suficiente como para recalentar el planeta de 2,4º a 6,4º hacia finales del siglo XXI, según lo alto de la horquilla de los escenarios del último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (GIEC), el órgano de referencia de las Naciones Unidas, que anuncia un cambio de era climática (2). Un aumento así conllevará una modificación del mapa mundial. La nueva distribución de la agricultura, el éxodo de las poblaciones litorales e insulares, y la migración o desaparición de una parte de las especies animales y vegetales, determinarán un cambio de civilización.

Más allá de los hechos tal como se los conoce, la crisis ambiental es también un asunto de naturaleza psíquica, un desafío cognitivo, puesto que sus dimensiones superan la capacidad de entendimiento de los individuos. Desde la primera Cumbre de la Tierra de 1972 en Estocolmo hasta la reciente Evaluación de los ecosistemas para el Milenio (3), y a pesar de la acumulación de informes científicos, esta crisis ha sido objeto de una negación generalizada, alimentada por controversias que tienden a relativizar la amplitud del problema.

Del novelista "climatoescéptico" Michael Crichton, autor de Estado de miedo , un tecno- thriller anti ecologista (4), a Claude Allègre, adepto a todo lo tecnológico como solución para los males del planeta, toda suerte de agitadores se han dedicado a desviar la opinión, alimentando un espacio de controversias sobre la existencia del recalentamiento climático. En Estados Unidos, las "máquinas de ideas" ( think tanks ) financiadas por las compañías petroleras cercanas al presidente George W. Bush, con ExxonMobil a la cabeza, todavía tratan de minimizar el alcance del cambio y desacreditar los trabajo del GIEC. Una red de científicos y ciudadanos estadounidenses realizó recientemente una encuesta a 279 climatólogos que trabajan para agencias federales de investigación en Estados Unidos: el 58% de ellos fueron censurados por sus superiores o sufrieron presiones para que las palabras "cambio climático" fueran eliminadas de sus informes (5).

Con el mismo espíritu, en 2001, con la publicación del libro del danés Bjorn Lomborg, l'Ecologiste sceptique ( El ecologista escéptico ) (6) se inició una polémica sobre el estado del planeta. Con el eslogan "no hay de qué preocuparse", el autor sostenía que en numerosos ámbitos el medio ambiente mejoraba, en vez de deteriorarse, y que los mecanismos de mercado sabrían corregir algunas degradaciones pasajeras. El aparente rigor científico de esta obra fue denunciado por muchos expertos como una engañifa. Lo que no parece haber desalentado a su autor que, en Cool It : The Skeptical Environmentalist's Guide to Global Warming ( Una guía del recalentamiento climático para ecologistas escépticos ), redobla la apuesta con una negación más determinante: la amplitud del recalentamiento climático (7).

En resumen, Lomborg exhorta a las sociedades a no tomar medidas drásticas para detener los desórdenes climáticos. Según sus cálculos, a las economías industriales les costará 180.000 millones de dólares al año respetar sus objetivos de reducción de emisión de gases con efecto invernadero. En su opinión, ¡a ese precio más vale continuar con la destrucción del planeta para alimentar el crecimiento, y fabricar tecnologías que terminen por salvar a la humanidad!

Esta postura escéptica está perdiendo fuerza, aunque no sea más que por el encarecimiento del precio de la energía. Incluso la AIE, de la que no puede sospecharse una defensa de las tesis de decrecimiento, ataca por su falsedad este tipo de razonamiento. Según su informe anual, el World Energy Outlook de 2006, se necesitarán 14,5 millardos de euros de inversiones acumuladas para satisfacer la creciente voracidad energética del mundo entre 2006 y 2030. La AIE estima "rentable" tomar medidas que consideren escenarios de recambio, tales como los propuestos por el Protocolo de Kyoto (8), haciéndolo lo más rápidamente posible (9): "El coste de estas políticas estaría más que compensado por las ventajas económicas que procurarían un consumo y una producción energética más eficaces (10)".

Este enfoque está confirmado por el muy mediatizado informe del economista británico Nicholas Stern, según el cual el recalentamiento podría costarle a la economía mundial 5.500 millardos de euros (11). Además de la amplitud del impacto del recalentamiento sobre la humanidad, la destrucción de la naturaleza entraña la pérdida de inestimables servicios vitales que brindan los ecosistemas, como la purificación del aire y del agua, la estabilización del clima, y la diversidad de las moléculas útiles para la medicina contenidas en las plantas. La toma en consideración del clima en la economía le ha conferido recientemente a la crisis ecológica una nueva credibilidad ante los ojos de los dirigentes de los países industrializados. Sin por eso cuestionar los fundamentos del crecimiento.

En la actualidad, demasiadas informaciones e informes científicos convergen, -incluso portavoces emblemáticos como Al Gore y Nicolas Hulot los toman- como para que la crisis medioambiental siga siendo objeto de negación. Esta sobreabundancia de señales de alarma corre, sin embargo, el riesgo de su banalización. La sociedad entera parece comprometida en una operación de greenwashing (blanqueamiento ecológico) dirigida más bien a permitir el reciclaje de las conciencias que a incitar al cambio de paradigma. La copa mundial de rugby, aun después de haber sido presentada por el ministro francés de Ecología y Desarrollo y Planificación Sostenible, Jean-Louis Borloo, como la "primera gran misa deportiva internacional concebida como modelo en términos de eco-acontecimiento", no dejó de arrojar unas 570.000 toneladas de CO2, a causa del tráfico aéreo generado (12). Una contradicción que muestra las tensiones de la época...

A medida que la sociedad toma conciencia del deterioro de las condiciones de vida en la Tierra, las formas de negación se hacen más complejas, como para retrasar el plazo para la reorganización de la colectividad y el cuestionamiento del productivismo mundializado. El discurso alarmista del presidente Jacques Chirac: "Nuestra casa se quema y nosotros miramos hacia otro lado", pronunciado el 2 de septiembre de 2002 durante la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible de Johannesburgo, era una conminación paradójica, que dictaba grandes principios de acción, que no tuvieron los efectos esperables.

El programa francés de infraestructuras de carreteras, ¿no prevé acaso la construcción de 3.000 nuevos kilómetros de autopistas? El ministro de Ecología y Desarrollo Sostenible en 2005, Serge Lepeltier, ¿no dejó acaso el gobierno de Jean-Pierre Raffarin por no haber logrado imponer un impuesto a los vehículos 4x4, excesivamente contaminantes? El concepto de desarrollo sostenible incluye una ilusión movilizadora. Ha servido más para mantener una ficción colectiva de acción y brindar una apariencia ecologista a las multinacionales más contaminantes, que para desencadenar la "ruptura".

El "debate multipartidario sobre el medio ambiente" (la "Grenelle de l'environnement") anunciado por el Gobierno de François Fillon, ¿podrá lograr que Francia se abra a esa toma de conciencia ecológica? Desde el 13 de julio de 2005, en el marco de la ley programática que fijaba las orientaciones de su política energética, París se fijó como objetivo llegar a disminuir cuatro veces sus emisiones de CO2 de aquí a 2050. ¿Qué ha pasado desde entonces? En el fondo, muy poco. Y, sin embargo, no hay tiempo que perder para alcanzar ese ambicioso objetivo. ¿Podrá esta Administración encarrilar una política voluntarista con el fin de respetar esos objetivos?

Se puede dudar de ello, en la medida en que Francia, muchas veces señalada por la Unión Europea por su falta de compromiso ambiental, acumula mucho retraso en este ámbito. Si los resultados de ese debate no cuestionan la política nuclear, los proyectos de carreteras, el cultivo de Organismos Genéticamente Modificados (OGM) - de los cuales el presidente de la República y sus amigos son fervientes partidarios- y no le dan prioridad absoluta a los transportes colectivos y no le ponen impuestos a las energías fósiles; si continúan dejando actuar a los lobbies y a su clásica visión del crecimiento económico, es que no se ha comprendido el desafío del cambio climático.

Se trata de un desafío difícil de acometer en el contexto político francés, poco abierto a tales cambios. Corine Lepage, ministra de Medio Ambiente entre 1995 y 1997, bajo el gobierno de Alain Juppé, critica con vehemencia "la omnipresencia de miembros de los grandes cuerpos" en el seno de la Administración francesa: "las soluciones son siempre las mismas, aunque los progresos de la ciencia y las prácticas en el extranjero muestran que nuevos caminos son posibles (...). En el ámbito de las grandes infraestructuras, de carreteras y autopistas, o en lo nuclear, e incluso en la biotecnología, siempre encontré entre los ‘expertos de los cuerpos del Estado' muy pocas dudas y muy pocas preguntas. (...) Este gran poder de los grandes cuerpos (...) es, en mi opinión, una de las causas, si no la principal, del retraso francés (13)".

¿Cómo podrían las estructuras estatales francesas abrirse rápidamente a las cuestiones ecológicas, cuando en 1986 gestionaron el accidente de Chernóbil dentro de la mayor opacidad (se suponía que la nube radiactiva se detendría en la frontera francesa) y, más recientemente, también la cuestión de los pesticidas en la agricultura, o del amianto? Lepage agrega: "Estoy persuadida de que la ceguera de los sucesivos gobiernos respecto al problema del amianto (...) no habría sido posible sin, por un lado, la fuerza del cuerpo de Minas, presente tanto en la administración del control como en la dirección de las empresas de materiales y, por otro, el antecedente ligado a la industria nuclear y a los comportamientos que allí indujo". ¿Será posible hacer comprender a estructuras tan rígidas la urgente necesidad del cambio?

¿Cómo disminuir drásticamente los residuos mundiales, especialmente de CO2, y pasar de hermosas palabras a una práctica real de sobriedad energética? Desde que los especialistas del clima y de las cuestiones ambientales recorren el mundo, de las conferencias a las cumbres internacionales, sólo se proponen soluciones globales. Pero, teniendo en cuenta la urgencia, sería preferible que algunos países se diferenciaran y sirvieran de ejemplo, antes que esperar un cambio en la política ambiental de los grandes países como Estados Unidos o Australia, que están entre los mayores productores mundiales de carbón y no son signatarios de los acuerdos de Kyoto, con el propósito de preservar su dotación de carbón.

Hermann Scheer, diputado alemán socialdemócrata y premio Nobel alternativo en 1999, especialista en energías renovables, reflexiona: "La voluntad de consenso (mundial) a cualquier precio es incompatible con la necesidad de reducir lo más rápidamente posible los riesgos, porque el hecho de buscar la aprobación de la mayoría, nos deja a merced de aquellos que quieren impedir, frenar y diluir los objetivos a los que se apunta (14)". Lo que está claro es que todo el mundo espera a todo el mundo. Además, en un planeta con recursos limitados, las grandes reuniones internacionales no abordan nunca la cuestión del crecimiento económico en sí mismo. Las medidas a favor de la supervivencia ecológica sólo son aceptadas si no traban el principio de este crecimiento ni la liberalización del mercado.

La producción energética (refinado y generación de electricidad) están en el origen del 49% de las emisiones mundiales de CO2 y se cuentan entre las que tienen mayores consecuencias para el medio ambiente (15). Algunos países lo han comprendido bien y son los que, durante las décadas pasadas, no dudaron en lanzarse solos hacia otras vías energéticas.

Así, Dinamarca desarrolló la energía eólica terrestre ya en los años 1980; y los británicos iniciaron programas de investigación sobre las energías renovables marinas hacia finales de los años noventa (16). La ciudad de Barcelona, por su parte, impuso en 2000 la utilización de placas solares para las viviendas nuevas y las rehabilitadas, una medida que fue luego adoptada para el resto de Cataluña y después en toda España. Alemania avanza, desde hace muchos años, en la misma vía. Sin embargo, algunos se complacen en señalar, con cierta ironía, que Berlín lleva a cabo una política contradictoria, porque alienta el ahorro energético y las energías renovables, al mismo tiempo que sigue quemando carbón; importa electricidad de Francia y piensa prolongar la duración de la vida de sus centrales nucleares.

Sin embargo, estos espíritus quejosos olvidan que Francia no hace ni una vigésima parte de lo que realiza su vecino del otro lado del Rin, y que lo que allí sucede es un verdadero combate entre dos mundos energéticos: por un lado, un viejo mundo centralizado, ligado al carbón, a lo nuclear, y al trasporte automotriz individual; y, por otro, un nuevo mundo descentralizado, ligado al ahorro de energías, a las fuentes renovables, a los transportes colectivos y a las cuestiones de salud pública.

Los lobbies del viejo mundo, instalados desde hace décadas, hacen de todo para negar la necesidad y la posibilidad de un cambio rápido del estado de las cosas. Los especialistas en energías renovables saben que los frenos no son técnicos sino principalmente administrativos y políticos. Tras el resultado de las elecciones regionales del 27 de enero de 2008 (17), en el Land de Hesse (6 millones de habitantes, 21.000 km2), la candidata socialdemócrata, Andrea Ypsilanti, no podrá formar Gobierno sólo con la ayuda de sus aliados naturales, los Verdes, por lo que ahora se abre un largo proceso de consultas y queda pendiente su propuesta. Esta propuesta consistía en desarrollar en cinco años el ahorro energético y las energías limpias, cerrar las dos centrales nucleares de su Land y mostrar que la construcción de centrales de carbón no es absolutamente necesaria.

Las decisiones que se han de tomar exigen que el Estado vuelva a encontrar su papel y sepa arbitrar a largo plazo para el bien común, sin plegarse a los intereses a corto plazo de los lobbies . El autor estadounidense Richard Heinberg publicó un libro que trata sobre cuestiones energéticas y medioambientales. Su título, The party is over (18), es significativo, ya que es totalmente exacto que "la fiesta ha terminado". Sin embargo, si se lo comprende bien, el desafío del recalentamiento climático puede ser una oportunidad para la humanidad. Cuestionar los desplazamientos automotrices equivale a aspirar a ciudades más tranquilas. Abandonar lo nuclear y las energías fósiles centralizadas, equivale a desarrollar modelos energéticos locales que involucran a los ciudadanos. Disminuir los desplazamientos de mercancías a través del mundo equivale a relocalizar la economía y luchar contra el desempleo. Esta lucha contra el recalentamiento climático representa una oportunidad de trabajar en el embellecimiento del mundo.


Notas:
(1) Agencia Internacional de la Energía, World Energy Outlook, Resumen y conclusiones, p. 5. www.iea.org
(2) En caso de que prosiga el escenario de fuerte intensidad de consumo de combustibles fósiles, el aumento más probable de temperatura, según la "mejor estimación" (best estimated) del GIEC, será de 4º grados adicionales en 2099, con relación a 1999, lo que corresponde a una amplitud de cambio de temperatura comparable a la salida de la era glacial. Véase Climate Change 2007 , Fourth Assessment Report: www.ipcc.ch
(3) Millenium Ecosystem Assessment , elaborado por más de 1.360 expertos entre 2001 y 2005 a petición del Secretario General de las Naciones Unidas: http://www.maweb.org/en/Global.aspx
(4) Robert Laffont, París, 2006.
(5) Union of Concerned Scientists Government Accountability Project, Atmosphere of Pressure. Political Interference in Federal Climate Science (Atmósfera de presión. Interferencias políticas en la Ciencia Federal sobre el Clima), febrero de 2007: http://www.maweb.org/en/Global.aspx
(6) Le Cherche Midi, París, 2004.
(7) Bjorn Lomborg, Cool It : The Skeptical Environmentalist's Guide to Global Warming , Knopf, Copenhague, spetiembre de 2007.
(8) Que compromete a los países industrializados a reducir sus emisiones de gases con efecto invernadero en un 5% de aquí a 2012, con relación a su nivel de 1990.
(9) Véase el informe Saving Oil in a Hurry : www.iea.org
(10) World Energy Outlook , 2006.
(11) http://www.hm-treasury.gov.uk/independent_reviews/stern_review _ economics_climate_change/stern_review_report.cfm
(12) Según los cálculos de la Agencia para el Medio Ambiente y el Control de la Energía (ADEME), "Coupe du Monde de Rugby 2007: terrain d'expression de la révolution verte", http://www2.ademe.fr/ servlet/getDoc?cid=96&m=3&id=46693&ref=19684&p1=B. Véase el informe de prensa del Ministerio de Ecología: http://www.ecologie . gouv.fr/IMG/pdf/rugby_2007.pdf
(13) Corinne Lepage, On ne peut rien faire Madame le ministre ..., Albin Michel, París, 1998.
(14) La cita se ha extraído de Solarzeitalter n°2, 2004, revista trimestral alemana de la Asociación Eurosolar para la promoción de las energías renovables en Europa: www.eurosolar.org . Hermann Scheer es presidente de la asociación europea Eurosolar, para la promoción de las energías renovables en Europa, y es autor de L'Autonomie énergétique, une nouvelle politique pour les énergies renouvelables , Actes Sud, Arles, 2007.
(15) Fuente: www.manicore.com
(16) Se entiende por energías renovables marinas a las máquinas que producen energía mareomotriz, del tipo Pelamis ( www.pelamiswave.com ) y a las turbinas submarinas hidráulicas, que son el equivalente de las eólicas, pero que funcionan bajo el agua gracias a las corrientes marinas.
(17) Los democristianos del CDU obtuvo el 36,8% de los votos, seguido del SPD, con el 36,7%, los liberales del FPD, con el 9,4%, los Verdes, con el 7,5%, y el Partido de la Izquierda, con el 5,1%.
(18) Richard Heinberg, The party is over, New Society Publishers, Gabriola Island, Canadá, 2003.
* Periodistas. Coordinadores del Atlas del medio ambiente , junto con Philippe Rekacewicz y Dominique Vidal.

lunes, noviembre 10, 2008

La pesca debe tener nuevas regulaciones

Cumaná.- Los cambios climáticos ocasionados por el deterioro en la capa de ozono afectan al sector pesquero y obligan a implementar nuevos paradigmas en la administración pesquera.

Así lo afirmó el doctor Nelson Ehshardt, durante una conferencia en el II Foro Iberoamericano de Recursos Marinos y Acuícolas 2008.

La investigación de Ehshardt, profesor de la Universidad de Miami, arrojó que los fenómenos climáticos han afectado más a los ecosistemas marinos y los stocks (Bancos) de camarones, pargo rojo y langostas que la misma sobreexplotación de los mismos.

El especialista agregó que esos “bancos”, han bajado a más de la mitad de lo que había años atrás”.

Para mantener estos ecosistemas marinos, el catedrático recomienda que se renueve todo lo relacionado con la Regulación de la Capacidad de Pesca, que no es otra cosa que la flota pesquera, embarcaciones y pescadores instalados en las zonas costeras de un país.

En la mayoría de los países estudiados se observaron regulaciones y políticas obsoletas. “Las sociedades pesqueras no avanzan si no hay recursos económicos y estos cambios someten a estas sociedades a profundas crisis”.

Esta ponencia fue presenciada por más de 300 personas, en su mayoría estudiantes, que asistieron al foro, para profundizar conocimientos en lo referente a los recursos marinos y la acuicultura.

Peru - Perú y Brasil se unirán para impulsar producción y comercialización de paiche


Lima, nov. 09 (ANDINA).- Autoridades, empresarios y comunidades del Perú y Brasil formarán una “alianza estratégica” para la puesta en marcha del biocomercio del paiche, impulsando la producción y comercialización conjunta de esta especie amazónica, informó el Instituto de Investigación de la Amazonía Peruana (IIAP).

Luis Campos, director de la institución, explicó a la agencia Andina que con ese fin se coordina una reunión para febrero próximo con participación de gobiernos regionales de Ucayali, San Martín, Loreto, y el Instituto Nacional de Pesquisa Amazónica de Brasil, entre otros especialistas.

“En el caso del paiche, el IIAP ha desarrollado tecnología de punta en la crianza con alimento balanceado y la técnica de sexar al animal para tener ejemplares hembras. Brasil tiene experiencia en el manejo del paiche en lagos y cochas. La idea es lograr alianzas estratégicas para el manejo de recursos, darle valor agregado y fortalecer la investigación científica”, indicó.

Sostuvo que se busca establecer un biocomercio ecológicamente rentable, que permita masificar la producción de un pez orgánico, donde actualmente existe todavía “un cuello de botella”, sin perjudicar el medio ambiente.

“Podría empezarse por priorizar la producción de alevinos (crías) del paiche. Ese sería ya un salto extraordinario. Quizá todavía no exportar a Europa, aunque la demanda es grande, pero sí abastecer, por ejemplo, el gran mercado brasileño”, manifestó.

Campos refirió que este proyecto con Brasil sería uno de los cinco que se espera formar con los países integrantes de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), que también serán convocados a la reunión de febrero en Iquitos.

La idea nació tras la participación de la delegación peruana, integrada por el IIAP, en la Biofach América Latina y la ExpoSustentat, la mayor feria de productos orgánicos en Sao Paulo (Brasil).

“Tras la exposición nos reunimos para formular una agenda en la que se contemple el desarrollo de cinco productos de biocomercio entre los países de la OTCA con apoyo de universidades amazónicas”, resaltó.

La OTCA está integrada por Bolivia, Colombia, Brasil, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela.

(FIN) VVS/JOT

La merluza está en peligro de extinción en la Patagonia


Los ejemplares reproductores están “al límite” y no existen mecanismos eficientes de control de la sobrepesca. Un informe de la Auditoría General de la Nación recomienda establecer planes a largo plazo y considerar los cupos del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero como referencia. Se trata de cupos más pequeños que los que otorga el Consejo Federal Pesquero.

La merluza de las costas patagónicas está en peligro de extinción. Así lo entienden distintos organismos públicos y organizaciones no gubernamentales (ONGs) que advierten la explotación irracional del recurso pesquero del mar argentino. Las últimas dos décadas muestran la desaparición del 70 por ciento de la población adulta de la merluza.

La Auditoria General de la Nación (AGN) entiende que existe una sobreexplotación de la merluza pese a que rige un sistema de cupos. En ese marco se denuncia, que una de las tretas de empresas pesqueras es capturar de más y declarar el excedente como su fuese de otra especie.

El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) indica que en el último año las exportaciones de pescado de la Argentina sumaron 171 mil toneladas. De esa cantidad, 65 mil toneladas correspondieron a la merluza hubbsi, una de las especies más abundante del Golfo San Jorge.

La AGN realizó una inspección que abarcó un período desde 2002 hasta el 2006. Las conclusiones detectaron diferencias alarmantes entre las actas de descargas que presentaban los capitanes de barco con respecto de los inspectores portuarios. El contraste oscila entre el 39 y el 300 por ciento.

Otra falla grande está en las multas. De los más de 110 millones de pesos que suman las empresas pesqueras, sólo se cuenta como efectivamente cobrado el 5 por ciento, es decir, unos 7 millones de pesos.

La AGN concluye su trabajo difundido recientemente argumentando que los controles de los organismos competentes del Estado no son suficientes para evitar la sobreexplotación de los recursos pesqueros. Todo eso lleva a la situación actual: la situación de la merluza es preocupante en todo el mar argentino.

LOS CUPOS DE LA DISCORDIA

Los cupos de pesca que se vienen aplicando desde 2006 establecen una determinada cantidad de toneladas que deben repartirse entre las distintas empresas. En 2007 eran 340 mil toneladas, pero en 2008 ya se trata de 270 mil.

Existen diferencias entre distintos organismos oficiales y ONGs sobre cuáles son las cantidades máximas de explotación. Un informe técnico del Centro de Desarrollo y Pesca Sustentable (CeDePesca) en 2007 recomendó no capturar más de 193 mil toneladas. Sin embargo se terminaron pescando unas 270 toneladas. Es decir, la sobrepesca fue del 30 por ciento según este organismo internacional.

El Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP) es un organismo estatal facultado para establecer la situación por la que atraviesan las distintas especies marítimas. Los últimos estudios realizados este año consideran que hay dificultades para reclutar merluza reproductora en el Golfo San Jorge.

Otro dato del INIDEP es que en el mar argentino hay un 40 por ciento menos de ejemplares jóvenes de merluza en 2007 contra 2006. Este problema es a causa de la baja abundancia de reproductores, su alta tasa de mortalidad por la sobrepesca y, en menor medida, las condiciones climáticas adversas.

La ONG Fundación Vida Silvestre estima que en los últimos 20 años los recursos pesqueros fueron sobreexplotados a niveles irracionales. La merluza, la corvina y la pescadilla se encuentran “al límite”, advierten en un informe difundido en mayo último.

Un gráfico realizado por Vida Silvestre muestra cómo las capturas han crecido mientras que los ejemplares reproductores de la merluza vienen en caída libre desde 1987.

LAS “CRISIS” DE LA MERLUZA

El ex presidente de la nación Fernando de la Rúa había expuesto la crisis de la merluza en un contexto poco serio: el programa de Susana Giménez. Las consideraciones del ex primer mandatario fueron tomadas en broma, cuando en realidad el problema era grave.

Era 2001 y se trataba de la primera crisis de la merluza. Entre 1990 y 1999 se encontró una sobrepesca del 33 por ciento. Las cifras oficiales no dan cuenta de las diferencias que pudieron provocar los descartes después de la captura, una práctica común en las embarcaciones langostineras.

En esa época, el INIDEP recomendó una restricción del 50 por ciento y establecer áreas y épocas de veda para que el recurso no se termine. En 1998, se promulgó la Ley 24.922 del Régimen Federal de Pesca, donde se conformó el Consejo Federal Pesquero y la Nación se adjudicó la administración del recurso marítimo. Así se restringió a los buques congeladores a que operen en cercanía de los centros que concentran merluza.

La otra crisis de la merluza es la de este 2008. La falta de peces reproductores y la explotación sin control provocó una disminución del recurso. Para recuperar la merluza, CeDePesca recomienda desde transparentar la información que suministran las empresas a la Secretaría de Pesca hasta la conformación de una Comisión de Manejo de la Merluza con facultades de auditor.

Científicos de Censo Vida Marina revelan origen antártico de numerosos pulpos


Toronto (Canadá) | EFE

El origen de muchos de los pulpos que existen en las grandes profundidades oceánicas se sitúa en una especie que vivió en la Antártica hace 30 millones de años, dijeron hoy científicos que trabajan en el primer Censo de la Vida Marina.

A menos de dos años para la finalización del primer censo de la vida marina en la historia, los científicos que participan en el proyecto dieron hoy a conocer algunos de los principales descubrimientos recogidos hasta el momento.

El Censo de la Vida Marina (CVM) es un proyecto en el que trabajan 2.000 científicos de 82 países de todo el mundo y que en octubre del 2010 publicará el primer listado de especies marinas conocidas, tanto existentes en la actualidad como las extinguidas.

Los científicos estiman 230.000 y 250.000 todas las especies marinas existentes. Cada una tendrá una página de internet en la Enciclopedia de la Vida que se está desarrollando de forma paralela.

Por ejemplo, los investigadores estiman que además de las 16.000 especies de peces que se conocen hoy en día existen otras 4.000 aún por descubrir.

El proyecto también incluye la creación de identificadores de ADN, denominados códigos de barras, para muchas de las especies, lo que permite la rápida identificación de ejemplares.

El informe de progreso dado a conocer hoy señala que los científicos del CVM están realizando un número sin precedentes de descubrimientos, impulsando el progreso de las tecnologías, y también recoge el avance realizado en los dos últimos años.

Además, durante la Conferencia Mundial sobre Biodiversidad Marina organizada por el programa europeo afiliado al Censo de la Vida Marina y que se hará en la ciudad española de Valencia del 11 al 15 de noviembre con la asistencia de 700 delegados, los científicos anunciarán nuevos descubrimientos que se agregarán al informe.

Ian Poner, director del Comité Científico Internacional del Censo, señaló que "la publicación del primer censo en el 2010 será un hito en la ciencia. Sintetizará lo que la humanidad sabe sobre los océanos, lo que no sabemos y lo que posiblemente nunca sabremos, un logro científico de proporciones históricas".

Uno de los nuevos descubrimientos detallados en el informe es la investigación sobre el origen de los pulpos.

Científicos del Censo tienen ahora pruebas genéticas de que una gran proporción de las especies de pulpos de grandes profundidades proceden de una única especie originaria del Antártico.

Los científicos estiman que los pulpos empezaron a emigrar a otros océanos desde el Antártico hace unos 30 millones de años a medida que el Polo Sur se enfriaba y se formaba una gran capa de hielo.

Este proceso creó una especie de "autopista" marina de norte a sur de aguas gélidas que permitió la salida de los pulpos hacia otras áreas.

El científico estadounidense Jesse Ausubel, uno de los directores de proyecto, explicó a Efe que "existió un flujo de agua fría rica en oxígeno y sal que atrajo a los pulpos. Estos se extendieron hacia el norte y hacia las grandes profundidades siguiendo esta masa de agua".

Ausubel dijo que las nuevas poblaciones de pulpos procedentes del Antártico y que se habituaron a las grandes profundidades perdieron las características bolsas de tinta "porque este mecanismo, donde no hay luz no tiene ninguna ventaja evolutiva".

Por su parte, la investigadora venezolana Patricia Miloslavich, de la Universidad Simón Bolívar de Caracas y una de las principales científicas del CVM, destacó la presencia en el cuarto informe de progreso del Censo el estudio sobre los "concheros" del Caribe.

Otro de los nuevos descubrimientos es de un equipo de Venezuela sobre las conchas gigantes. Es un proyecto histórico sobre la increíble abundancia de conchas gigantes en el Caribe entre el 1200 y el 1500.

Miloslavich explicó a Efe que estos concheros se formaron entre los años 1200 y 1500 "cuando los indígenas de las zonas continentales de Venezuela migraban hacia la costa, hacia el archipiélago Los Roques, y explotaban una caracolas gigantes, llamadas "botuto" localmente".

Su explotación masiva creó gigantescas concentraciones "que han llegado a generar islas que cambian las corrientes locales y son colonizadas por grandes cantidades de organismos".

Ausubel destacó que estos dos ejemplos son sólo una muestra de la gran cantidad de investigaciones que se están realizando en todo el mundo sobre la vida en los océanos.

"Integrar todos estos descubrimientos en múltiples regiones del mundo es un gran desafío. Personalmente estoy asustado por la cantidad de trabajo, pero estoy seguro al 100 por ciento que en octubre del 2010 estará listo el primer censo de la vida marina", dijo el científico.