domingo, enero 18, 2009

Descubren nuevas especies en las profundidades del mar

SÍDNEY, , Australia (EFE). -Científicos de Australia y Estados Unidos anunciaron hoy el descubrimiento de nuevas especies marinas, entre estas anémonas, coral rojo, y un espécimen de ascidia carnívora, en las profundidades inexploradas del océano y al sur de la isla australiana de Tasmania.

Durante el viaje científico de cuatro semanas, y financiado con dos millones de dólares, los expertos también hallaron nuevas evidencias del impacto causado por los gases de dióxido de carbono en los corales del lecho marino de esa zona, a cuatro y dos kilómetros de profundidad.

"Hemos buscado vida a una profundidad mayor que en cualquiera de las expediciones realizadas previamente en aguas australianas" dijo en rueda de prensa, Ron Thresher, miembro del equipo y experto de la Organización para la Investigación Industrial y Científica de la Mancomunidad de Australia (CSIRO).

Con la ayuda de Jason, un submarino dirigido mediante control remoto y propiedad de la Institución Oceanográfica Woods Holes de Estados Unidos, los científicos encontraron a más de 1.4 kilómetros de profundidad, en la que denomina Zona de Fractura de Tasmania, grandes extensiones de corales cuya formación se remonta a más de 10 mil años.

"Nuestras muestras sirven para documentar la fauna australiana en las mayores profundidades examinadas hasta ahora, incluida una extraña ascidia carnívora, arañas de mar, esponjas gigantes, y también comunidades dominadas por percebes y millones de anémonas con lunares de color violeta", explicó Thresher.

Científicos reconstruyen la temperatura del mar de hace 21 mil años

Madrid, (EFE).- Un grupo de investigadores, entre ellos dos españoles, ha logrado reconstruir la temperatura oceánica global durante el último máximo glacial, hace 21.000 años, lo que podría ayudar a predecir con más fiabilidad el cambio climático y su magnitud.

Este es uno de los principales objetivos de un proyecto llamado MARGO, cuyos resultados se publican en la edición digital de la revista Nature Geoscience.

El estudio desvela datos como que algunas zonas del planeta tenían temperaturas más altas que las actuales, como por ejemplo el mar del noreste de Australia, entre uno y tres grados.

El español Antoni Rosell, investigador de la Universidad Autónoma de Barcelona y uno de los promotores del proyecto, explicó a EFE que MARGO supone una versión actualizada de un estudio de los 70, CLIMAP, gracias al cual ya se obtuvieron mapas de temperatura del mar, pero sólo siguiendo un método y no seis como esta vez.

"Uno de los retos actuales más importantes en las ciencias del clima es poder predecir el cambio climático y para ello necesitamos modelos climáticos fiables", detalló el científico.

Para llevar a cabo el estudio, con participación de 52 investigadores de todo el mundo, se acotó el período de análisis entre los años 23.000 y 19.000 antes de nuestra era.

También se compilaron 696 medidas de la temperatura de la superficie de los océanos a partir de sedimentos encontrados en las profundidades y los restos de fósiles que contienen.

De los seis métodos utilizados, conocidos como paleotermómetros, para obtener estas mediciones, cuatro se basaron en principios ecológicos y en el estudio de los caparazones de organismos marinos microscópicos, y dos en principios geoquímicos, por ejemplo a partir de moléculas orgánicas producidas por algas unicelulares.

Rosell explicó que MARGO ofrece datos más precisos sobre la temperatura, especialmente, de zonas marinas del Atlántico Norte o trópicos, una nueva perspectiva sobre la sensibilidad del sistema climático de la Tierra al dióxido de carbono y una herramienta que se podrá utilizar para mejorar la fiabilidad de los modelos climáticos actuales.

Los científicos han constatado que el clima en el período máximo glacial se caracterizó por grandes gradientes (variación) de temperaturas este-oeste en las latitudes tropicales y en el Atlántico Norte "muy diferentes a las actuales".

Según el trabajo, la cubierta de hielo que ocupaba gran parte del mar del Norte en este período no era permanente, como aseguraba CLIMAP.

Por el contrario, se fundía durante la estación más cálida, lo que permitía el intercambio de calor entre el océano y la atmósfera, favoreciendo un mayor índice de humedad y el crecimiento y mantenimiento de grandes casquetes polares en Europa y Norteamérica.

De acuerdo con el proyecto CLIMAP, MARGO ha determinado que el mayor enfriamiento (más de -10 grados) se produjo a la latitud mediana del Atlántico Norte, y se extendió hacia la zona del Mediterráneo (-6 grados).

Con respecto al enfriamiento de los trópicos, el proyecto desvela que fue más extenso y más heterogéneo de lo que se creía, siendo más acusado en el Atlántico que en el Índico y el Pacífico.

Las corrientes subtropicales del Océano Atlántico experimentaron un ligero enfriamiento en la zona central, mientras que en el Pacífico las corrientes subtropicales del norte y del sur probablemente eran más calientes que hoy en día (entre 1 y 2 grados).

Los investigadores también concluyeron que en el Océano Antártico se produjo un desplazamiento del frente polar hacia al norte, produciéndose un enfriamiento de entre -2 y -6 grados respeto a las temperaturas actuales.