Todo indica que se vienen este tipo de acciones por parte de los grupos pesqueros industriales peruanos, ¿Hará lo mismo TASA?
Cientos de pescadores que tripulan las embarcaciones de la empresa pesquera COPEINCA levantaron su voz de protesta la semana pasada, cuando se iniciaba la primera temporada de pesca del presente año, en razón que estaban siendo obligados a firmar convenios de estructuración de remuneraciones que, a la larga, solo resultaba una componenda para pagarles menos por participación de pesca.
Estos convenios resultaban una suerte de chantaje empresarial, pues se planteaba que los pescadores ya no percibirían el 22.40% del total de captura como pago por su participación en faena, sino que en adelante solo percibirían el 20%, con el añadido que de no aceptar la firma de este documento quedaban fuera de la tripulación.
Por ello es que cerca de 300 pescadores que se negaron a someterse a esta dolosa propuesta protestaron y quemaron llantas en el frontis de la transnacional COPEINCA, la poderosa empresa de Samuel Dyer y familia, aquella que suele hacer fortuna en base a esta clase de imposiciones arbitrarias y explotadoras.
Los gremios de pescadores se solidarizaron con la protesta de los hombres de mar y llegaron en marchas callejeras hasta la sede de la Dirección Regional de Pesquería y del Poder Judicial para denunciar este hecho abusivo, señalando que esto no era sino la consecuencia de la aplicación del Decreto Legislativo 1084 que norma las cuotas individuales que se ha implementado a partir de esta temporada.
Alegan, en este sentido, que se trata de hostilizarlos y aburrirlos para procurar su renuncia o despido de la empresa, una situación que para ellos era previsible desde la promulgación de la referida norma.
En realidad no entendemos cual puede ser la relación entre un convenio abusivo y felón como el que pretende hacer firmar la empresa COPEINCA a sus pescadores con el objetivo del Dec. Leg. 1084, que es el de ordenar la actividad pesquera, mas aun cuando la pretensión de la empresa no es mas que el ejercicio del abuso empresarial y la imposición de un capricho que debe ser desvirtuado con la intervención de las instancias laborales y judiciales.
Y, es que desde un primer momento señalamos que el éxito o fracaso del nuevo régimen de pesca impuesto por el Gobierno solo dependía de la voluntad y las buenas practicas empresariales de los propietarios de las empresas y embarcaciones pesqueras, era algo que ya no estaba al alcance de las autoridades salvo las penalidades que se deben aplicar cuando no se cumple con la ley y que están descritas y en la referida norma.
Si el empresario abusivo y calculador advierte que bajo este régimen puede sacar provecho, como lo hace por ejemplo COPEINCA con un convenio que nada tiene que ver con el D.L. 1084, entonces tiene que ser denunciado y sancionado, empero, no por ello se puede satanizar un intento por cambiar la reglas de juego y regular una actividad que estaba sumida en el caos.
Siempre sostuvimos que este nuevo régimen depende mucho de los empresarios pesqueros, se tenía que terminar con la alocada carrera por pescar mas en el menor tiempo posible, se tenía que poner punto final a la reducción de los días de pesca, a la captura indiscriminada que pone en peligro la vida del pescador, algo se tenía que hacer para terminar con los abusos contra los hombres de mar.
Inclusive, se sabía que bajo este nuevo régimen muchas empresas no autorizarían el zarpe de todas sus embarcaciones y que implementarían un régimen de rotación de tripulantes con la finalidad que todos salgan a las faenas, por ello es que se estableció como prioridad la prohibición de los despidos y se incrementó los beneficios en los casos de renuncias voluntarias, siempre pensando en la mejoría del pescador y dejando cortapisas para evitar el abuso del empresario.
Sin embargo, los designios de la ley generalmente no se cumplen, en el Perú se ha puesto en boga aquello de “hecha la ley, hecha la trampa” y es que aquellos que se ven obligados por el mandato imperativo de una norma buscan la manera de eludirlo y se tejen muchas tretas para conseguir ello.
Un caso típico es el que se ha registrado el pasado Jueves cuando una embarcación vikinga con 13 pescadores abordo se siniestró y dejó como saldo un pescador desaparecido debajo de los pesados boliches y estructuras de la nave.
Y, es que el siniestro fue consecuencia de un exceso de carga en las bodegas, la embarcación “María Mercedes II” de 100 toneladas de bodega había sido acondicionada para recibir 25 toneladas más y ha sido esa sobrecarga la que hizo ladear a la nave y hundirse en el fondo del mar.
Justamente, ese afán desmedido por pescar mas y en menor tiempo es lo que busca evitar el régimen de cuotas individuales, pues si la embarcación tiene establecida una determinada cantidad de toneladas para capturar, no tiene por que sobrecargar sus bodegas, aquí están fallando los pescadores y los dueños que exigen mas pesca, no se respeta el nuevo régimen y esas con las consecuencias de la irresponsabilidad.
Creemos que los pescadores de COPEINCA están en todo su derecho de salir a las calles y protestar, tienen el camino expedito para recurrir no solo a las autoridades administrativas y sectoriales, sino a las autoridades judiciales para demandar el respeto de sus derechos.
No existe ninguna ley, menos el Dec. Leg. 1084, que autorice a COPEINCA a establecer esta clase de convenios compulsivos, amenazantes, inicuos y pérfidos, eso es solo parte del abuso del poder, de la pretendida imposición de quien tiene dinero y cree que puede hacer lo que la gana se le da, los que se valen de la existencia de normas que tratan de buscar una nueva alternativa al ordenamiento pesquero. Que los demanden y denuncien por que la ley no ampara el abuso del derecho, por lo tanto, deben ser sancionados drásticamente como ya lo ha anunciado el Ministerio de la Producción. Veremos si el Gobierno también tiene la voluntad de hacer respetar la ley.
1 comentario:
si pues tienes razon como puede el gobierno de turno permitir tanto abuso de parte de estos señores que con su poder ahora son dueños de la anchoveta aun sin pescarla . ellos son los que desiden si la venden aun sin pescarla o la pescan no importandoles el problema social que estan creando con la desocupacion y la explotacion del pueblo que es realmente el verdadero dueño de estos recursos naturales segun la constitucion manejada a su antojo de acuerdo a sus intereses
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