Todo indica que se inicia una nueva etapa para recuperar la institucionalidad de la Universidad huachana sometida en los últimos años a una especie de mafia que ha dilapidado sus recursos económicos y la ha puesto en el último sitial, con pobres desempeños en la docencia, investigación y proyección social. El reto es realizar esfuerzos para superar el peor mal que corroe a la institución universitaria, la llamada CORRUPCIÓN GENERALIZADA, que ha logrado corromper a una gran mayoría de docentes y trabajadores y pequeños grupos de estudiantes y graduados, quienes vendieron sus conciencias por un beneficio personal o familiar.
La tarea recién comienza y corresponde a todos los estamentos sanos de la Universidad luchar para mejorar la actual situación y ponerla en el sitial que se merece, respondiendo a los intereses de la grandes mayorías del país.